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Empatía

Empatía

Palabra muy usada, casi suena a cliché, tanto así que se ha convertido en algo que hay que mencionar como una actitud “básica” ante la vida y los demás, pero realmente ¿la entendemos?, ¿la aplicamos? 

Si somos honestos veremos que no siempre. 

Puede ser que nos cause sensibilidad ver la situación por la que atraviesa otra persona, pero la empatía va mucho más allá, es un regalo de compresión real a la otra persona de que podemos imaginar lo que está viviendo  y  un regalo de agradecimiento hacia nosotros.

Nunca podremos sentir lo que vive alguien porque no nos ha tocado, no se sabe que es el amor hasta que se experimenta, ni lo que es una pérdida si no se vive. La empatía tiene que ver con vivencias que si no nos han tocado difícilmente podamos entender.

Sin embargo, podemos ejercitar ese músculo de comprensión que nos llevará a darle un valioso aliento a la otra persona y una valoración de lo tan bendecidos que podemos ser y no nos damos cuenta.

Ver lo que sucede afuera, en la vida de la gente que queremos, en el mundo, e interiorizar, ponernos en sus zapatos, nos permite actuar en consecuencia a esa situación ajena aún no la hayamos experimentado. A quién acompañamos le regala el mejor sostén posible , sentirse comprendido , ante el mundo nos hace más sensibles con todo lo que sucede a nuestro alrededor, dejamos de ser tan ajenos a todo el mal que aqueja la humanidad sin verlo como algo que ya forma parte del panorama y se ha convertido en normal. Solo así, podemos actuar poniendo un granito de arena en tantas situaciones que nos cubren sin esperar a que nos suceda.

Otro regalo de la empatía es el agradecimiento. Dejemos a un lado el  ego  y no pensemos que lo que nos sucede es lo más importante. Haciendo esto, podemos darnos cuenta de que realmente lo que nos sucede no es tan malo y tenemos mucho que agradecer.

¡Está claro! Seamos empáticos, regala compresión y regálate agradecimiento.